Ya hemos llegado, puedes bajarte. Lo has hecho muy bien. Me alegro de que nos hayas acompañado todo este tiempo, cuando nosotros sabíamos lo que iba a ocurrir contigo y tú administrabas tu curiosidad mansa y noble. El mundo necesita personas parecidas a ti, pero nosotros no. En cualquier caso, mantén la calma que tanto te caracteriza de puertas afuera y descansa otro año, ya sabes que cuando una puerta se cierra, otra desaparece. La fortaleza de tu discurso pedagógico, ésa, empléala en repensar nuevas situaciones. Sueña, te lo mereces. Todo ha terminado.
Sin histeria. Pero hablamos de un aspa gigante. Venga, muchacho.
La foto, tomada el pasado verano, muestra a dos compañeras de viaje.
2 comments:
Nunca había visto colémbolos de ese tamaño. Tampoco tomando baños de sol. La naturaleza. Así, sorprendente.
Y nada de "micelios, esporas y bacterias" (gracias Wikipedia), lo que se metieron entre pecho y espalda a la hora del almuerzo fueron dos flautines de no te menees.
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