Monday, February 28, 2011

Qué cosa tan absurda

Nunca he presenciado una ceremonia de entrega de premios hasta el final. Y hasta ayer tampoco había terminado de ver ninguna por televisión, pocas veces había resistido apenas diez minutos. Y la pasada madrugada consumí horas de paciencia y espaguetis frente a la pantalla del portátil.

Me tragué la alfombra roja, las caras de plástico, los vestidos feos, las bromas malas y la rigidez de James Franco... y la presencia de Anne Hathaway. Con todo, hasta las seis de la mañana, tranquilo, reponiendo fuerzas puntualmente y compartiendo impresiones hasta las cuatro y pico, cuando la compañía abandonó la posición a pesar de que los hombres favorables al régimen respondían con mortero y algún que otro disparo de fusil. Yo había reservado munición suficiente: podría continuar unas cuantas horas más con mi HK G-36, lejos ya de Badajoz, a la espera de una contraprotesta en condiciones.

Wednesday, February 23, 2011

Cao

Practica boxeo unas tres veces a la semana. Termina de comer, pierde el tiempo delante del ordenador, se prepara la mochila y abandona el instituto. Debe cruzar el pueblo en dirección este, hacia el gueto magrebí. A paso ligero, baja las interminables escaleras de piedra, atraviesa las vías del tren por el túnel oscurecido de grafitis, cruza el Moselle y remonta el camino de grava hasta el gimnasio.

Pasa por la ratonera a eso de las ocho y media con la cara roja y la boca torcida; le tiemblan un poco las manos cuando se desabrocha el abrigo. Se coloca de espaldas al radiador, encorvado, tratando de esbozar una sonrisa: "Hoy he sido sparring de El Kurdo, un morlaco sentimental". Le miro guasón, a la espera de su carcajada, pero el muchacho bebe su tercer vaso de agua. Yo aguanto paciente con la boca entreabierta.

En la foto, el sparring en un dia de diciembre. Atención a la pose y a la borla del gorro. Radiactivo.

Friday, February 18, 2011

Paraviaje


Compra un vuelo.

Despierta al día siguiente recordando un viaje de hace mucho tiempo. Sigue tumbado en la cama, cierra los ojos y rectifica hasta que encuentres una postura cómoda. Controla tu respiración o déjate llevar. Notas una sombra en la laringe, quizá no, pero ya sufres un ataque de tos. Y te acaban llorando los ojos mientras masticas nada en la boca. Ve a lavarte, piensa que todavía debes comprar varios billetes de tren y que has de buscarte alojamiento gratuito, en aras de llamarte viajero y no turista.

La cama. No la hagas hasta la noche, y sólo si sabes que la vecina va a llamar a tu puerta y a mirar por encima de tu brazo apoyado en la jamba cuando te pregunte por qué tienes esa cara.

Tuesday, February 15, 2011

Así

  
      −Yo soy panadero y tengo un cuchillo así −y establece la distancia típica entre los dos dedos índices estirados− al lado de mi cama. Si lo veo me vuelvo loco y lo apuñalo. Hablé con la policía y me dijo que si entra en casa puedo decir que actué en defensa propia. Es legal. Cojo el cuchillo y ya está. Se lo clavo y lo dejo herido, no hay nada más que hablar.
      −No, normal.
      −Sí, son astutos, se las apañan bien, ¿eh? Pero tengo el cuchillo al lado de mi cama y lo voy a utilizar, vamos, no me va a temblar el pulso. Las cosas funcionan así, lo apuñalo en defensa propia y se acabó, porque nunca se sabe.
      Deposita el cigarrillo sobre la hojarasca frente a la puerta, al otro lado del sendero. Fuma de manera compulsiva y es un panadero joven. Tiene un cuchillo así.

La foto, su colilla.

Thursday, February 10, 2011

La bicha francesa

No les queda Finkbräu, un clásico. En fin. Coloco las Grafenwalder en la cinta. Ahí va un par junto con el Gewürztraminer sorpresa para la joven. Llega mi turno y la cajera y yo intercambiamos saludos. Le digo que van seis de las fuertes y ocho de las normales. 9,93 el total. Pago con tarjeta. No, que el mínimo son diez para la carte bleue, así que coge una cerveza más y se acabó. Allez-y, allez-y! Miro sus ojos de imbécil y su pelo grasiento. Cero, uno... Me sonríe. De vuelta hacia los estantes alcanzo a oír un il est anglais de la otra cajera, la de la cara de rocín toxicómano. Susurros. En unos pocos segundos regreso con dos cervezas que coloco de nuevo en la cinta. Deslizo mi tarjeta por el lector, firmo y compongo la mochila al lado de la caja registradora. Cierro las cremalleras y aúpo la mercancía a mi espalda. Me tiro del abrigo hacia abajo. Espero su mirada. Tac. Et un peu d'éducation, s'il vous plaît, me abstengo de orgullo innecesario. El público, asombrado, no da crédito: al teatro, ¡y gratis! El supermercado enmudece. La cajera se extraña, no comprende. Rocín Toxicómano le explica que le acabo de pedir un poco de cortesía. Ah, congela su gesto. Y al abandonar el lugar, establezco contacto visual con una cincuentona. Mueca (,) idiota, buenas tardes.

Monday, February 07, 2011

Ensalada


La luz importa.

Nunca me había fijado en esta señal, a unos 500 metros de casa. Hoy el sol ha dado un puñetazo en el tablero y la ciudad ha saltado a la vista. Está claro. Radiante, Radamante.

Friday, February 04, 2011

Una nueva explicación


Scott McKenzie atruena en su cuarto con la machacona letra de John Phillips. Me hace ver la importancia de los versos: "There's a whole generation with a new explanation", me canta con su acento silesiano. Le contesto que ya conocía la canción. Me señala un retrato de Jan Palach colgado sobre la cabecera de su cama. Me pregunta si me suena. Creo que... Pero él ya se ha ido a la estantería y ha agarrado un librito en el que se incluye la biografía del joven Palach. Repasa algunos fragmentos con la excusa de leer lo que sucedió aquella mañana de enero de 1969. Mientras sigue con el dedo los renglones, concentrado en la lectura, observo su habitación: la típica, si no fuera por esa estantería repleta de volúmenes granates, encuadernados a la antigua pero bien conservados. Lomos lisos, ningún título que distinga unos de otros. Como el que sujeta entre sus manitas blancas. Granate. "No me estás escuchando". Pido disculpas y me mira severo. De pronto, parece acordarse de algo y cambia por completo la expresión de su cara. Se revuelve en la silla y me señala un jarrón de cristal sobre la mesita de noche, frente a la ventana. "Es bonita, ¿verdad?". Una flor se yergue desde el agua teñida de rojo, buscando el sol de primeras horas de la tarde.
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