Monday, September 29, 2008

Balance (desequilibrio) anual


Top 5 de cosas que pierdo semanalmente:

- Las llaves [dos días de angustia y luego recuperación].
- La cartera con mi vida identificatoria y monetaria [ídem].
- Las gafas [acabo de perder el segundo par en menos de un año; 300 dólares las últimas*].
- Calcetines [necesidad de compra cada mes].
- Cerveza [pack de doce, consumo tres, quedan cuatro].


Top 5 de cosas que no me puedo borrar de la cabeza:

- Sus ilusiones.
- El desierto, Arabia, islam.
- "José Javier Martínez Cornucopia" [(!?) léase como "Nosequién Nosecuantitos, Informativos Telecinco"].
- Lo que dejo atrás y se hace viejo.
- "Telefónica le informa de que el número marcado no está actualmente en servicio"/(sonaba algo parecido a lo siguiente en euskera, corríjanme los hablantes) "Telefonikak markatutako zenbakiak orain ez duela zerbitzurik informatzen dizu" [como del 98 o así].


Top 5 de cosas que me gustaría ser de mayor:

- Desaparecedor profesional [aparecer y desaparecer por motivos propios].
- Un gran escritor (maldito).
- Irreal.
- Tu peor pesadilla [(¡muahahahaha!) Dios, qué mal están las cabezas].
- Comer y dormir [imprescindible desde que tenía uso de razón].

*NOTA 2:03 PM: ¡Alguien me ha llamado desde un edificio de la universidad diciendo que un estudiante ha encontrado "ammm... glasis güez Versachi on de said"!

Tuesday, September 23, 2008

Oriente


Me cuenta mentiras. Lo veo en sus ojos de entrometida, ese par de alevines de tinta china que conserva nadando en sus peceras añiles. Parece que algo salta dentro de ella y se cuela por un rincón diminuto con una habilidad privada a los humanos.

Pinta miniaturas con su abuela, pequeñas cabezas de animales a las que dan colores muy extraños. Allí, en la terraza de los pinceles, siempre huele muy raro, como a cables quemados. Van a toda velocidad, produciendo con sus manos impecables una figurilla tras otra. No hablan al pintar porque de fondo suena una melodía propia de una ventisca: sutil, invernal y peligrosa.

Friday, September 19, 2008

El botón de matar


Dolor, me miro al espejo, parpadeo, niego con la cabeza, ojeras, Edward Norton en Primal Fear, el café ardiendo en mi lengua, bostezo, náusea, un pie blanco. Luego me vuelve.

Cuando camino para clase, pienso en destrozarla, en reventarle la ampolla de la sensibilidad, esa burbuja llena de cieno adosada al occipital que le provoca cacarear: "La canción [El profe, Miranda!] es machista. Me ofende, no quiero bailarla". Se trata de esta querida alumna, amante del reguetón y de mover el culo rítmicamente para los machos en las fiestas de las fraternities. Dice que "un hombre ha de ser quien te corteje", que "y la mujer debe quedarse en casa y cuidar los chavitos [sic]" y, finalmente, que "yo soy bastante feminista y me siento degradada al ver a la mujer haciendo esas cosas" (por el vídeo en YouTube de la canción, http://www.youtube.com/watch?v=_zlL4SMeZX8). Hija mía, no sé cómo no te has ido ya a proclamar El Feminismo junto a tu amiga Palin.

Basta. Déjame en paz. Me hierve la sangre cuando dices esas chorradas con la cara tensa, sembrando el drama por tu errónea concepción de libertad. No me apetecen tus opiniones, me ponen enfermo. Sólo quiero imaginarte dentro de 25 años, tomando somníferos frente al espejo del lavabo y llorando porque te equivocaste mucho, tanto, que te llamaron imbécil a tus cuarenta y pico.

Monday, September 15, 2008

La ola



Sigues perdidendo peso. Estás en los huesos. Cuando sonríes tu cara se traduce en una mueca horrible, como si te hubiera dado el bajón y buscaras cocaína con la mirada. Tu madre aún te adora, te llama todas las semanas diciendo que ha recortado cientos de artículos que hablan de tus escritores favoritos. Y tú le contestas con naderías, escarbando en la bolsa de cacahuetes mientras en tu cabeza resuena alguna gilipollez de alto calado.

Las clases te van bien, sigues estudiando hacia ninguna parte. Piensan que eres un tipo excéntrico, con ese aire desgalichado y los pelos como si te hubiera estallado un petardo en la coronilla. "¡Qué tío!", oyes a tus espaldas. Y sonríes de esa manera siniestra para asustar a las chicas que te miran, previendo un fin del mundo glorioso y absurdo en el que las ocas cantan Como una ola de la Jurado.

Monday, September 08, 2008

En, hacia


Son las tres de la madrugada. El frigorífico zumba vacío, los grillos raspan el cri-cri y mi cama está desecha. La luz me molesta, siento hastío mientras imagino a un motorista vestido de negro sobre una moto negra saliendo de un agujero negro. [...] Creo que se trata de un ruido estelar, una vibración grave que agujerea el cielo y que hace de los colores ondas y del suelo un espectro cegador.

El libro se lee solo, y cuando se termina, se lanza a lo oscuro. El Corán, la luz y la almohada. La habitación huele a humedad, el dolor de cabeza persiste y la manta apenas me cubre hasta la cintura. Sueño con un mimo que golpea las ventanillas de mi coche, mis labios pronuncian algo ininteligible y el aire parece que se condensa, apretando mis ojos, matándome despacio, haciéndome enumerar de tres en tres cuando creía que ya estaba durmiendo.

Monday, September 01, 2008

PPW (Papawú)


Me preguntan si sé qué es una peluquería, si conozco el concepto maquinilla de afeitar, si me gusta odiar a la gente y si eso que parece mi forma de ser es un chiste estúpido. Yo quiero sonreír ofendido, pero todo lo que me sale es una mueca que acuna con dulzura mis ojeras y que transmite al emisor "pato, pedo, waterproof". Hasta yo me quedo como las vacas al tren, sin entenderme, sin saber que

a) su padre (el gran indio), con una sonrisa propia de las vacas comiendo gominolas a la orilla del Ganges, le pregunt
ó hace diez días: "Bueno, ¿y cuándo os vais a casar vosotros?";

b) he acabado con 22 a
ños en Estados Unidos, dando clases en una universidad del medio oeste a niñas bien, a negros que juegan a baloncesto, a latinos de 40 kilos embolsados en ropa para gente de 200, a madres que rozan la cuarentena y a otras que apenas llegan a la veintena, y a un orgulloso miembro de la Asociacion Nacional del Rifle;

c) el lenguaje me absorbe cada vez m
ás, hacia dentro, hacia donde no se necesita cuerpo para seguir pensando.

P.D.: Siento la tardanza, lectores imaginables: nunca supe que la versatilidad social/laboral se incluyese en mi campo de mejora.

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