Monday, April 24, 2006

Doce palmeras en doce balcones para doce ventanas


La plaza desierta y sentado en un banco de piedra. A los periódicos los cornea el viento. Qué solitario resulta cuando las lágrimas se convierten en lirismo terapéutico. Cualquier sugerencia de motivo provoca una risotada y los ojos dan vueltas. Sin embargo, es curioso que siempre se acabe con el gesto serio, medio triste, medio ganas de ser formal.
Y así, pensando en cosas sueltas, al azar, se da cuenta de aquella extraña fachada.

2 comments:

mr. shy said...

¡Eh, viejo! Este no te lo comenta nadie. Bueno, yo te hago una crítica constructiva: más vale que escribas algo con un poco más de relación entre sí, porque hay veces que no te entiendo nada, abuelo.
Saludos.

mr. shy said...

Vale, vale, crítica aceptada. ¿Pero a qué viene lo de viejo y abuelo? Yo sí que no te entiendo.

Creative Commons License
This blog is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License