Sunday, March 27, 2011

Murmuraciones



Hace sol y los hombres gordos sudan y respiran con dificultad a través de sus bigotes; las marujas gorgotean entre las primeras filas sobre el rapto frustrado de la pequeña de las Rostova, mientras cubren las orejas de sus retoños; la multitud expectante se agolpa en la avenida. La hora se acerca. No se habla de otra cosa en la ciudad.

Atruenan las trompetas de improviso, el gentío exclama desconcertado. Los primeros lacayos aparecen tras los portones donde se aloja la Bezújov. La luz estalla con fuerza sobre las libreas de los criados y la muchedumbre se cubre los ojos con el antebrazo. La confusión se extiende por la calle, el resplandor se intensifica. La condesa no llega a salir de sus habitaciones. Algo sucede ahí fuera.

Las pesadas cortinas cubren los amplios ventanales de la sala. Elena, echada sobre el diván, mira distraída el elaborado entorchado de finísimos hilos dorados sobre el terciopelo rojo. A pesar de los chillidos de la avenida, la casa se abandona al silencio. Un siervo entra sin llamar en la habitación y aspirando grandes bocanadas de aire. "Señora condesa, que San Jorge pide contemplar su generoso escote ahora mismo".

La foto, eso, hoy, aquí.

No comments:

Creative Commons License
This blog is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License