Corregir torres de exámenes y ejercicios, prepararles el examen oral, traducir el artículo del New York Times, empezar con la reseña de cinco páginas de El eterno femenino y tratar de terminarla, escribir una pequeña obra de teatro (unos cinco minutos de escena), comer, dormir y sentir que ha sido una tranquila tarde de domingo. Estados Unidos de América: viva tu concepto de ocio y yo también te quiero.
Antes de las 7:30 de la mañana (19:34 ahora). ¡Ya!
5 comments:
Qué eterno retorno.
Qué remoto terreno.
¿Podrías hacerme llegar una canción que consideres feliz feliz?
¿El eterno femenino? ¿Quién es el autor? (Suena pombiano).
Esta profesora que tengo es una gran aficionada al feminismo como tema productivo de discusión en clase (ay, ay), y por eso leemos obras simpáticas como la de Rosario Castellanos, que probablemente no quiso pertenecer a un movimiento reservado a gente gritona que maneja hasta el hastío los mismos argumentos. (Las escritoras mexicanas catalogadas como feministas casi siempre huyeron de la etiqueta).
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