Saturday, March 15, 2008

Vida salvaje I


En este país persigo animales: conduciendo sin carné en un aparcamiento desierto, quise atropellar a unos mirlos; cuando fuimos a andar en bicicleta entre granjas y ciénagas, seguí durante casi cinco minutos a unos patos que no se decidían a remontar el vuelo; raqueta en mano, me puse a intimar con una zarigüeya cerca de las pistas de tenis.

A diario, juro a las ocas que sobrevuelan el cielo del medio oeste que me verán graznar más oxidado y triste que ellas.

Leo todo, nunca suficiente, y no escribo, no hablo. Alerta, me digo, alerta. Y camino más despacio en tu historia, en la de cualquiera, siendo un extranjero que persigue zarigüeyas sin marsupio: ocas con la suficiente inteligencia como para decidir si también debo estar alerta en el ocaso.

Mamá, que qué animal te pides.

2 comments:

eresfea said...

Tres tristes tigres, en ese trigal.

Anonymous said...

Has de ser cuidadoso con las persecuciones de animales, creo que allí donde habitas están muy penadas.

Creative Commons License
This blog is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License