Wednesday, December 27, 2006

Fonopollo (episodio y fin)


Parpadea, lo veo con el rabillo del ojo. Yo me había puesto en las orejas a Frank Zappa antes de que se acercara: el volumen era insoportable pero me dije que todo sea, porelamordedios, para que no gire su cabeza hacia mí y me hable.
Hay que ser bizarro. Y pesado.
Me quito los auriculares, le digo un "¿qué?" muy poco convincente, sonrisa lángida y moquillo de fin de otoño. (Reproducción casi exacta de la primera parte del diálogo con el hombre que hacía fluflú con su abrigo rojo:)
Hombre que hace fluflú: -Que si tienes un cigarrillo negro. Ducados.
F: -No.
Hqhf: -Es que fumo negro, ¿sabes?
F: -(Tuturuturú -como el "pipiripirí" de la vueltecita pero mirando al vacío y tratando de no pensar en nada-) ...
Hqhf: -¿Y qué dando un paseo? yo estaba solo en casa y dije me voy a despejar y así voy al parque ya estoy cansado de ver tanta tele y vídeos ¿y tú cómo es que sales con tan mal día? ¿sueles salir? ah estás de exámenes ahora o parciales o algo así ¿dónde vives? yo por San Jorge.
Luego creo que respira. Cada vez que abre la boca apesta a bachiller mal terminado y a excedencia, a películas porno y a soledad y comida rápida con San Miguel. Acierto en algunas cosas. (Más o menos, así prosiguió:)
F: -La verdad que sí, ando con exámenes jodido (el "jodido" crea amigos, anula barreras educacionales y da ambiente de cadena de montaje) y quise salir a tomar el aire. Visto lo visto, me tendré que volver para casa pronto, esta lluvia me está calando.
Hqhf: -Bah yo igual dije me voy a tomar el fresco a dar una vuelta me pongo abrigo que ya empieza el mal tiempo y bueno ¿por las noches qué tienes costumbre de hacer?
Me quito también el auricular de la oreja derecha. Ya la tenía montada: a partir de entonces iba a sumergirme en una conversación de cuadro de De Chirico. Contesto que nada, que algunas veces veo películas, otras leo y otras sin más (bendito "sin más", cuántas veces sacas del atolladero. Entonces no). El tipo insiste. Su abrigo de bombero frustrado es un vector acartonado que parte de la barbilla y alcanza las tibias. Yo, por no decepcionar, falseo mi casa por otra en San Juan, lleno de estudiantes con problemas de convivencia, con cuarto para mí solo donde nadie me molesta.
Su conversación deriva a las películas, que se fueron hiciendo porno. Me desglosa con cuidado todo el tipo de porno que ve, enumera (utilizando varias vueltas de mano, no le daban los dedos abasto) y sonríe pornográficamente. Luego me detalla las tácticas que emplea para ir al expendedor de películas en horas de mínima afluencia: "Además ves el resumen de la peli y todo y nadie te molesta lo ves todo con tranquilidad a mí el videoclub normal me da una vergüenza que me muero". Lamenta profundamente el cierre del expendedor que existía frente a su casa.
Discuto con él de soportes, de la conservación, de que el DVD también morirá (Carlos Muguiro: el cine muere cada día, sí). Concluye: "Por eso prefiero los filmes (la conversación se había vuelto muy erudita, oigan) en DVD porque puedes pasar para adelante y para atrás sin que se joda el VHS es un cristo cuántas cintas se me habrán jodido". Digo basta.
Me despido, "Hasta luego" y él sin hacer fluflú, parado, pornográfico y sin su Ducados. Camino rápido. Antes de salir del parque, me cruzo con una pareja de septuagenarios con un hijo retrasado mental que mide cerca de dos metros y con un anciano con paraguas que me desea buenas tardes como si Bibendum le hubiera dado un beso de amor. Camino hacia San Juan y callejeo. El hombre que hace fluflú no me sigue. Pues a mi casa de verdad.
Sobró pollo del mediodía.

3 comments:

Sara said...

Cuenta más, alguna otra.

Anonymous said...

Hoy he visto las noticias de La Sexta porque he comido antes (sólo y exclusivamente por eso) y han aparecido imágenes de Monty Python pegando a la gente con un pollo como este.

mr. shy said...

Ya, ya. Sólo por eso. La acotación te hizo justicia.

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