Criticón, irrespetuoso y dolorosamente despectivo. Pero, ay, cómo emitir juicios con las palabras justas y oportunas. Y mirar a los ojos del interlocutor y hacerse cargo de todo aquello que uno dice y considerar argumentos mejor razonados que los propios sin sonrojarse y continuar dudando.
No soy de los ¡Indignaos! ni acampo en la plaza de mi ciudad. Sí, sí, que también hay gente mayor y aglutina todo tipo de ideologías, pero "ahora os toca a vosotros". Evidente: me toca, una vez más, tomar mi puesto. Supongo que en el transcurso de mi vida me acercaré progresivamente a ese lugar que me corresponde, consecuencia de un buen puñado de causas. Si me llaman jasp, nini, mileurista (¡ja!) o 15-M, mi teléfono suena en Siberia. Esas palabras se refieren a la situación laboral de los jóvenes, a su nivel de ingresos, a su formación o a otros índices cuantificables. En verdad, dicen muy poco de uno mismo. Si me quieren describir, bueno, soy una persona presumida, que lo hagan bien.
Con trabajo o sin él elijo mantener una actitud parecida. Yo me indigno, pero a mi manera. Quizá el pudor me haga pensar que mi sitio es otro. Ah, y que al final no opino.
No comments:
Post a Comment