Tuesday, September 23, 2008

Oriente


Me cuenta mentiras. Lo veo en sus ojos de entrometida, ese par de alevines de tinta china que conserva nadando en sus peceras añiles. Parece que algo salta dentro de ella y se cuela por un rincón diminuto con una habilidad privada a los humanos.

Pinta miniaturas con su abuela, pequeñas cabezas de animales a las que dan colores muy extraños. Allí, en la terraza de los pinceles, siempre huele muy raro, como a cables quemados. Van a toda velocidad, produciendo con sus manos impecables una figurilla tras otra. No hablan al pintar porque de fondo suena una melodía propia de una ventisca: sutil, invernal y peligrosa.

2 comments:

eresfea said...

¿Aragonito? La foto.

mr. shy said...

El azul parece una espuma radiactiva.

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