Tuesday, September 11, 2007

Tú, té, adiós


Casi empecé el blog contigo.

Busqué todas tus fotos de internet (recuerdo una serie interminable de una entrevista que concediste en una edición del YIDFF), te dediqué varios fondos de pantalla que envié por correo electrónico a algunos amigos, nos sacamos una instantánea en la que no sonreímos más porque hacía un frío horrible incluso dentro del Civican. Me fasciné con tu amortización de El Jersey: en imágenes promocionales, charlas o en el mismísimo río Agano (seudónimo que utilicé para publicar en una revista) aparecía la prenda, como diciendo que iba a quedarse ahí para siempre.

Hablaba de tus pelos aleatorios con H., de que iría a Japón este año para verte en Yamagata y, mira tú qué estupidez, me voy a Estados Unidos y tú ya no estás. Me suscribí a la información del festival, pedí unos anuarios que nunca llegaron (de las ediciones en las que se proyectaron tus películas) y me propuse hablar japonés para ver si un día, de paseo por Tokyo, me juntaba con un tal Makoto Satô.

Con un tal Makoto Satô.

1 comment:

Anonymous said...

Busco un amigo con quien compartir una historia de cómic. Tengo serios personajes como Sugar Fri, el chico más ácido del Instituto, que donde todo el mundo lleva pezones el tiene dos limones. Por ejemplo, una chica se le acercó el otro día para fliptear. Sugar, dijo ella. Espero un e-mail, dice él, y sale disparado para su casa.
Entonces, manadamé el resto de tu historia.

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