Sé que cada vez escribo menos renglones, que se me van cerrando los labios pasito a pasito; más junto, que si no se deshilacha. Hoy me he zambullí en una lata de cerveza y fingí no ver el fondo. Por eso creo que no vale juntar una palabra con otra y jugar a negarse. Eh, ¿me escuchas?
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Construcción del sapo
La arquitectura del sapo es un edificio hecho
para no llorar
Para estar solo frente a la lengua del sapo
Hecha para no llorar
Para poner el acento sobre la gravedad
Y ver formarse en el sapo la baba
Y ver formarse en el sapo la baba
Hecha para no llorar
Leopoldo María Panero, en Erección del labio sobre la página. Un viejo regalo de Murray.
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