Busqué lo que pude y evité todas las descripciones: fui a los hechos, que minaron mi capacidad de raciocinio, y te hice feliz. Me convertí en ese periodista mediocre que amas, el que transforma el contexto en acción, el que cuenta una historia absurda de la manera más maravillosa: ese periodista mediocre que odias. Cuando consigas rascarte todas tus circunstancias, puede que veas una realidad minúscula y noticiable. Pero yo no estaré allí: daré vueltas a tu alrededor recogiendo las mondaduras de circunstancias, sudando, con mi sombrero de paja y preguntándome por qué me rechazas.
8 comments:
Quítate el sombrero de paja, no te favorece. ¿Qué haces?
Prácticas de verano (no prolongables a decisión propia) en periódico regional navarro. Después mis horizontes se vuelven translúcidos y americanos. Si esa era la pregunta...
De manera habitual, lo que hago es ir a plantar zanahorias. No, bueno, olvídate, estoy diciendo estupideces.
Vaya, entreveo un duro verano de redacción, aunque podría estar equivocado y simplemente ser una ficción. También podría estar equivocado. No me convertiré en un analista de texto. Prometido.
Aciertas, Sincopado: redacción en ese periódico para el que solicité un "amplíame el plazo de confirmación, por favor".
Todo lo que escribo tiene su conexión directa con la realidad, y muchas veces presento las cosas tal y como fueron. Otro asunto es que esté bien de la cabeza.
¿Pero hay amor?
Podría resultar obvio, Eresfea, pero hay amor en todo lo que no cobro.
(Madre mía, esta frase me condenará -en- el futuro.)
Ay, si nos pagaran por ello...
:)
Bien, entonces (sin condenas, no te pongas fatalista) te pondrás en cuclillas y dirás aquello de: "Allí olía a... ¡victoria!".
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