Tuesday, December 19, 2006
жёлтый (amarillo)
Clases de ruso: o tienes los ojos amarillos o vives en la opulencia idiomática. Los forofos de los anticongelantes se desperdigan por las últimas filas. La alta sociedad se concentra en dos grupos: el cura y Miss Frigid, y los alegres honestos y los alegres "pequeñosjosdeputa"; los olvidados de la Madre Patria a veces se confunden entre el gentío.
Hay alcohólicos que se refugian en los alegres y pasan casi desapercibidos, amparados en la eterna sonrisa de "la vida es una continua piñata (y me ha tocado el mejor matasuegras)". Aparte, existen dos bien identificados, o casi tres. La primera de ellos me mira siempre con los ojos vidriosos y me hace preguntas sobre significados de palabras. Una y otra vez. El segundo lee letra por letra después de dos meses y medio de idioma. El casi tercero soy yo: allí, en mi gugú de pensamientos, imaginando las hormonas que un entrenador de la URSS dio a su nadadora olímpica.
A la salida, Mr. Letraporletra me soltó: "¿Te imaginas que seamos los únicos en suspender ruso?". Me giré, le miré a sus ojos amarillos con cierto miedo y "Diosquépocasganasdevivirtienes" y creí que la mejor manera de arreglar todo aquello era asfixiándolo con cápsulas de hormonas. Lo dejé estar. Pero apreté el paso. Y lo perdí de vista un poco.
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3 comments:
Pero sólo le perdiste de vista un poco.
Piénsate otra vez lo de las cápsulas.
"Apreté el paso". Conspiración de los traductores del mundo: en serio, ¿quién "aprieta el paso"?
Hija de Workwerk: no nos vamos a poner hijos de Lázaro Carreter. En otras historias, mira cómo arruinaron su vida Lazarsfeld y Merton.
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