No sabes si algo ha cambiado. Sigues leyendo noticias de última hora, blogs que ofrecen debate a diario, opiniones extrañas, valiosas y absurdas; mirando gráficos interactivos y vídeos apocalípticos; escuchando decenas de declaraciones y testimonios a pie de desgracia. Tragas noticias, alternas el ratón y el café en tu mano derecha. Mala postura sobre la silla, ojos rojos, noticias. Y luego bajas la pantalla del portátil y te enchufas un libro, una cerveza o te pones a cocinar como un loco. Abres, cierras la persiana y corres las cortinas y las descorres, te sientas, subes la pantalla y alternas el ratón y el café en tu mano derecha. Con la izquierda te sobas el pescuezo y, sin apenas reparar en ello, deslizas la mano hacia arriba, atraviesas el cuero cabelludo y el hueso occipital.
El cerebro.
Los amigos llegan a casa, el papá llama por teléfono, la mujer deja las llaves al lado de la cafetera y no dices nada, no piensas nada, no hablas. Te interesa, noticias, pero no te delatas: que el impacto te deja helado, pero que las ideas te provocan bostezos
La foto, retocada, pertenece al muro.
La foto, retocada, pertenece al muro.
Así que de nuevo por aquí. Cuánto y qué bueno.
ReplyDeletePues a tu salud, que aproveche. Y cuánto tiempo, se te echaba de menos.
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